TIPOS DE DEPRESION
La depresión se presenta bajo los siguientes trastornos:
Depresión menor
Se describe así por tener un efecto negativo limitado de la vida diaria de quien la padece. Por ejemplo, teniendo problemas para concentrarse en el trabajo o motivarse para hacer lo que normalmente se disfruta.
Los síntomas deben perdurar al menos 2 semanas.
Depresión mayor
El número de síntomas es mayor. Y el estado de ánimo depresivo, el desinterés y la falta de energía pueden perdurar 6 meses al menos. Algunas personas la padecen sólo una vez en sus vidas, pero es más común que aparezca de nuevo en ocasiones futuras. Si el paciente se encuentra muy mal, existe el riesgo de que llegue a autolesionarse.
Trastorno bipolar
Los cambios de humor en este trastorno pueden ser extremos, de «subidones» en los que el individuo se siente exultante, indestructible, eufórico… a bajones de ánimo en los que podrá tener sentimientos de desesperación, letargia y pensamientos suicidas.
Esta segunda fase es la fase depresiva de la enfermedad.
Depresión post parto
Muchas madres, tras haber nacido su bebé, tienen sentimientos de ansiedad, falta de confianza en sí mismas para ser madres, tristeza… Aproximadamente 8 de cada 10 mujeres van a experimentar esto, que generalmente desaparece a las dos semanas, gracias al apoyo y los cuidados de su entorno.
No obstante, la depresión post parto es más intensa, dura más y aparece algo más tarde. Se puede desarrollar durante las primeras 6 semanas tras el nacimiento, pero con frecuencia no se hace evidente hasta los 6 meses.
Además, popularmente es algo a lo que se le resta importancia y esto hace que las mamás decidan ignorar sus síntomas porque tienen miedo a ser vistas como malas madres.
Afecta a un porcentaje menor (alrededor del 10%), siendo las madres adolescentes población de riesgo.
Los síntomas, además de los de una depresión ya descritos, incluyen:
- Arrepentimiento por el embarazo y el nacimiento del bebé.
- Pensamientos (rumiaciones obsesivas) acerca de hacer daño a su bebé. Algo que es bastante común, pero que muchas madres se avergüenzan de admitir por miedo a ser tomadas por «locas» o a que los servicios sociales le quiten a su hijo.
- Exceso de celo con la salud del bebé (demasiadas visitas al médico, a pesar de que le aseguren de que «todo está bien») o bien problemas para sentir un vínculo afectivo con su hijo/a.
Es importante que la mamá sepa desde un primer momento que buscar ayuda por estos síntomas, no significa que sea una mala madre o incapaz de criar a un hijo.
Para que ella interiorice esta realidad, es importante que su pareja, sus padres o su círculo cercano; le brinden la ocasión de mostrar sus sentimientos sin ser juzgada («deberías estar contenta por el nacimiento del bebé», «esto se te pasa pronto», «esto es todo hormonal», «eso no es depresión, fulanito tuvo depresión de verdad y…»).
Trastorno afectivo estacional
Está asociado con el comienzo del invierno y puede durar hasta primavera, cuando los días tienen más horas de luz solar. La falta de luz solar vuelve ansiosos, estresados y deprimidos a quienes lo padecen. Puede interferir en su humor y en sus patrones alimenticios y de sueño.
Trastorno disfórico premenstrual
Es una forma intensa del síndrome premenstrual, en el que los síntomas llegan a interferir con el trabajo y las relaciones. Los síntomas aparecen entre 7 y 10 días antes de la menstruación y continúan los primeros días tras ella. Destaca al menos uno de los siguientes:
- Tristeza o desesperanza.
- Humor muy variable.
- Ansiedad o tensión.
- Irritabilidad.
Es común la existencia de una depresión y ansiedad subyacentes, por lo que es posible que los cambios hormonales que desencadenan la menstruación empeoren los síntomas dando lugar al trastorno disfórico premenstrual.
Ocurre entre un 3% y un 8% de las mujeres en edad de menstruar. Siendo más proclives aquellas con un historial personal o familiar de depresión o depresión post parto.